La primera vez que intenté crear una escena BDSM, fue un desastre. Había leído en alguna parte que empezar con un mantra podía ayudar a mi sumisa a entrar en el estado mental adecuado. Lo intenté (pedirle que repitiera una frase mientras besaba mi látigo), pero no funcionó. A ella no le agradó y todo el asunto se sintió extraño desde el principio.
Las primeras escenas suelen ser incómodas. Hay emoción, nervios y la gran pregunta de qué hacer a continuación. Has encontrado a alguien que quiere jugar (¡victoria!), pero entrar en ritmo puede ser un desafío. En este artículo, compartiré algunos consejos basados en mis propias experiencias. Son solo sugerencias para ayudarte a comenzar una escena con confianza y conexión, pero recuerda que no hay reglas estrictas en el BDSM, solo lo que tú y tu(s) pareja(s) acordáis.
Acepta la incomodidad
Mi primer error fue confiar en algo que había leído en lugar de hacer lo que me parecía natural. Cuando no funcionó, seguí con la escena. ¿Y sabes qué? Las cosas mejoraron. La segunda vez que jugamos juntos, dejé de lado el mantra y la escena fluyó mucho mejor. Me enseñó una lección importante: no se trata de la perfección. El BDSM, como la vida, no siempre es perfecto, pero eso no significa que no pueda seguir siendo bueno.
Una cosa que hay que tener en cuenta es que no servirá de nada cancelar la escena antes de tiempo ni disculparse excesivamente. Es mejor mantener el ritmo, incluso si el comienzo no es tan suave como esperabas. Una vez que entras en ritmo, la incomodidad desaparece.
Personaliza la escena
Lo que he aprendido a lo largo de los años es que las escenas BDSM exitosas comienzan desde dentro. Si incorporas elementos que realmente te excitan y escuchas lo que tu pareja necesita, el comienzo de la escena será más auténtico y placentero para ambos.
La comunicación es fundamental , tanto con tu pareja como contigo mismo. Hazle preguntas como:
- ¿Qué te ayuda a sentirte más sumiso?
- ¿Cómo puedo ayudarte en la transición hacia una mentalidad sumisa?
- ¿Existe alguna frase o acto específico que desencadene tu sumisión?
Estas conversaciones son cruciales porque cada persona experimenta la sumisión de manera diferente. Algunas personas se adaptan a ella con facilidad, mientras que otras necesitan más tiempo o rituales específicos para alcanzar el estado mental adecuado.
Igualmente importante es comprender qué es lo que te lleva a adoptar una mentalidad dominante. Reflexiona sobre lo siguiente:
- ¿Qué quieres que haga tu sumiso para demostrar que está listo para someterse?
- ¿Qué rituales o acciones te ayudan a sentirte más en control?
Una vez que descubras lo que funciona para ambos, estarás mejor preparado para comenzar una escena que se sienta satisfactoria e íntima.
Creando el comienzo de una escena
Así es como a mí me gusta empezar una escena BDSM, pero recuerda, esto es lo que funciona para mí y debes adaptarlo a tu dinámica.
Establece el ambiente. Normalmente empiezo por comprobar cómo está mi sumisa, asegurándome de que está cómoda, ha ido al baño y la temperatura ambiente es la adecuada. También le pido que baje la intensidad de las luces y seleccione algo de música. La música puede ser una herramienta poderosa; ayuda a establecer el tono de la escena. Antes elegía álbumes específicos, pero ahora dejo que mi sumisa elija, lo que añade una capa adicional de conexión.
También me gusta tomarme un momento para bajar el ritmo y sumergirme en la atmósfera. Le pido a mi sumiso que me bese los pies como acto inicial de sumisión. Es un gesto simbólico que marca el tono del intercambio de poder.
Establece el control desde el principio. Después del beso inicial, daré mi primera orden, que suele ser: “Atención”. Le he enseñado a mi sumisa posiciones de esclavo sencillas que debe seguir, como estar de pie con las piernas abiertas, la espalda recta y la mirada hacia abajo. Esta postura refuerza la dinámica de poder y señala el comienzo de la escena. Me encanta restringir la mirada de la sumisa porque aumenta su conciencia del control que tengo y ofrece un claro descanso de la vida cotidiana.
Deja que el tiempo respire
Una de las lecciones más importantes que he aprendido a lo largo de los años es el valor del silencio. Solía hablar mucho al principio de las escenas, pero ahora he aprendido a dejar que los momentos respiren. Dejar que tu sumiso se siente en silencio, vulnerable y expuesto, genera anticipación y profundiza los aspectos psicológicos de la escena.
Una vez que la sumisa está en la posición correcta, me gusta acercarme a ella e inspeccionar su postura. A veces, hago pequeños ajustes o correcciones. A partir de ahí, la voy desvistiendo poco a poco, a menudo empezando por la blusa o el vestido, y le pido que lo doble cuidadosamente para añadir un elemento de orden y atención. Toco su piel, dejando que la conexión física crezca.
Un ritual personal que me encanta es ser yo quien le quite las bragas. Es un acto pequeño pero íntimo que significa control y prepara el terreno para lo que está por venir.
Construye tus propios rituales
Lo que he compartido aquí es solo un ejemplo de cómo iniciar una escena BDSM. Tu comienzo evolucionará con el tiempo y con cada pareja con la que juegues. Lo más importante es que sea algo único para ti y tu pareja, creando una conexión que se sienta especial e íntima.
Ya sea que tu estilo sea lento y metódico como el mío, o más espontáneo y primario, el comienzo de una escena debe ser algo que marque el tono para el resto de tu obra. Con comunicación, introspección y experimentación, descubrirás los rituales que hacen que tus escenas sean poderosas y significativas.
En resumen: no existe una forma perfecta de iniciar una escena BDSM. Lo que más importa es que se sienta bien para ti y tu pareja, creando un espacio donde la confianza, el control y el deseo puedan florecer.